Èl se arrincona en el fondo de tu oscuridad,
en lo mas profundo;
ahí donde no puedas percibirlo,
ni tocarlo
Donde sus zumbidos
son ajenos a tus manos
Y los renacuajos podridos
de su existencian
condenan la tuya
en un secreto de nadie.
Aunque bien lo sabes
en esa discordia de pupilas hinchadas
frente a un espejo marchito
y un cuchillo en consuelo.
Así es martirio asombroso
que todos nos esfumamos
de la belle vie in rose
al Hide kill
y desobedecemos
a la dictadura
de nuestro corazón
en llamas
y en él
nos quemamos
en el último infierno
de amor.
sOl.-*
1 comentario:
Me encantan las tendencias sádicas en la poesía.
O, lo que es lo mismo, me encanta que haya una "participación activa" del dolor en ellas.
O al menos eso es lo que leí. Buenas lunas, Mistress.
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