julio 31, 2009

Taza vacía

Me miro como siempre, buscando el reflejo. Pienso que tal vez encontraré algo nuevo, algo ultra-corporal, algo que me mueva de mi asiento y me haga caer al piso de un sacudon. Pero no hay reflejo, a penas si hay una gota secándose en el fondo de la porcelana, junto a la cuchara.

La abandono.

Quién me manda a pensar en estas ideas raras de transpasar el té de vainilla y subir la colina de tus pechos, deslizarme hasta tu ombligo y besarte el puvis.

Mi labio se tuerce resignado y de un momento para otro ¡Un viento violeta!; miro de reojo a la izquierda y te recorro de pies a cabeza con mis ojos alucinados. Te devoro. Te extrangulo contra la pared.

Suspiro (antes de empaparme)

Mis ojos quieren ser dientes, quieren ser piel, quieren ser el aire que te toca las manos. El aire quiere extinguirse y que en un instante irremediable estes tan cerca mío como tu propia respiración. Ya siento las filas de tus pestañas acariciándome las mejillas en un parpadeo cuando me huelas la cara. Puedo sentir como ebulle el magma de tus piernas, como te chorrea hasta quemar el suelo donde estas parada y elevarte hasta el éxtasis vital de mi adrenalina callada.

Si, tengo que callar. Y este silencio me atormenta las ansias, me aniquila los huesos.

¡No puede ser! Me desnudas con una mirada, me haces cosquillas sin tocarme ni un pelo. ¿Qué hacer? Cada día me pongo mas sensual y en vos ese algo que muero por que cambie no cambia. Ni siquiera está.

Tendré que encontrarte en el baño y arrebatarte esa boca. Empujarte, cerrar la puerta y hacerte vibrar. No me importa, no me mires. Pero sentime, mi amor se resume en la totalidad de mi lengua desaforada. Te regalo mi universo sin pedirte siquiera un respiro. No, no me dejes respirar. No quiero despertar.

Mañana voy a hacerme otro té de vainilla, o quizá de frutos tropicales y voy a reflejarme buscando encuentros que se cumplen solo en ese instante que miro mis ojos llenos de sueños en una taza vacía.

julio 12, 2009

Tenue Silencio

En las esfinges marchitas
Respiran los ojos
El olor de la desgarradura,
El sabor de la sombra palida.

En el silencio
ella agoniza;

En la espera

Ella muere.