septiembre 12, 2010

pieles arriba de pieles

engendrar erroneos caminos
que se instalan en nuestra cara,
martirios cronicos
que deshechan la fuerza

se debilita la mirada
los pasos se esfuman en las cumbres;
abandonan su existencia
en un rayo fugaz que pasa desapercibido.

Las paredes de mi mente escupen trozos de una herida,
vieja y ocre-fusilada herida
que crea espacios.

¿Acaso este cuerpo pende de un hilo del aire?

¿acaso este aire pende de un hilo del cuerpo?

Volver a mi raiz
es hacer toda esta perplejidad
simple
como gotitas de agua que quedan sosteniendose
de las hojas de un arbol
y luego un soplido de nubes
las estrella contra el piso
salpicandome los ojos,
estallandome las manos
y escribiendo en el viento
algun anhelo de amor.

1 comentario:

precaria dijo...

Aveces cuando se le desvanecen las paredes mentales, llega uno a darse cuenta de las partes de su propio cuerpo.