mayo 03, 2009

sendero

Luces, música de festejo y movimientos etílicos
se lucían esa noche ante mis ojitos alucinados
de su luz, luz que todavía no descubría y empezaba a brillar...

Esa mirada lo dijo todo...
mas timidamente quise estremecerme entre tus ojos
pero te agarré de la mano y te llevé a saltar entre la gente
por lo menos iba a sentir tu calor entre mis brazos
tratando de no perderte
entre los pies agitados.

No tardó la locura en desarmarte la boca
solo un atardecer mas y la luna cayó en nuestros brazos
entre cervezas, algún fernet y cigarrillos
nos encontramos
casi a empujones
de otras manos
pero nos encontramos.

Y entre sonrisas y perfumes
nos entregamos enteras
hasta el alba...

Me fui caminando
con una brisa en los pasos
¡¡y una adrenalina!!, la lluvia acariciaba
mi sobretodo negro, mi pelo recojido, mis piesitos
disfrutando el andar.

Una semana nos quedamos y marchaste
a 1627 kilómetros al sur, masomenos...
a tu casa.

Jamás tuve tanta tranquilidad en mi recuerdo
que aquellos días...
aunque estaba inquieta... y tardé poco mas de un mes
y fui a besarte entre cielos hermosos,
montañas divinas,
lagos azules de sueños reales
una luna creciente y al lado derecho:
dos estrellas, la noche
la arena...
mi cuaderno y unas flores.


Y entre desvelos, caminatas, mochilas y hongos...

otra vez Buenos Aires
lleno de chocolates, dulces y fotos
pero sin vos.

Sin saber que en 14 días... nos volvíamos a ver...
viniste volando
como las hadas de los cuentos
a tirarme polvos mágicos
y enriquecerme el alma
y el corazón
con tu néctar.

Recuerdo que aunque
al rededor
las cosas eran horribles...
todo fue tan
fantástico que me olvidé
del ahorque de los pibes drogadictos de Retiro y
de mi cuederno extraviado, entre otras cosas.

Otro año que empieza y las burbujitas
de nuestro champagne
emanaban
la música que estaba sonando en nuestra propia piel,
y en los vidrios
de las copas
chocando, rozandose, queriendo fundirse...
pero eso fue la tarde siguiente
entre nuestros cuerpos.

No tardó en llegar el sol
tocando nuestras pupilas
y otra vez a despedirnos.

¡Tarde, tardísimo!

el tren en el que entre en andén y andén
nos dormimos hasta la última estación,
el taxi... y perdiste el viaje en el aire...
asi que fuimos a caminar frente al río de aguasucia
del caótico Buenos Aires...

Volvimos al despegue
sin saber si subías o no al maldíto avión
te abrazé esperando volverte a ver
dentro de cinco minutos...

cinco minutos que fueron sesenta
y jamás saliste...me fui con mia lágrimas mirando
el cielo
vacío...no estabas, ya no estabas ni lléndote.

Otro mes y yo no contaba ni dos nueces
junté las chirolas, las ropas, las estrellitas de porcelana
dentro del sobre de colores y la cartita
y me fui a buscar el papel que era la llave
hasta vos.

¡Qué increibles paisajes fotografié aquella vez
detras de los vidrios de ese micro!

¡ahhh! que placer
otra vez en tus brazos
entre rayos de soles, estrellas fugaces
flores y frutos del bosque encantado.

Fueron tres semanas
y nos despedimos hasta abril, sabíamos que
pasaría mucho tiempo... y las lágrimas salieron instantaneas al sentarme en ese asiento, mirandote desde arriba
y vos en el colectivo llendote a trabajar
y yo a punto de emprender un viaje por el I-Ching
con Lucas, un músico agradable que conocí en aquel viaje
retorno a la putrefacta ciudad, pero mi lugar estaba aquí.

las llamadas despues de las diez
hasta las seis, a veces
amanecía y con el tubo mojado
y los ojos pesados
y el sueño pasaba sin golpear


Pasó pasó y ahí llegaste
una noche inesperada
sonó el celular
y estabas en el barrio
de mis entrañas sangrantes.

mi mente se marchitaba de tanto querer brillar
y me anulaba los sentimientos...
igual te abrazé después de mas de un mes
sin mirar esos ojitos manchados
sin la brisa de colores
ni perfume de constelaciones ajenas

y aquí vivimos nuestros días y noches...
pocas estrellas y muchos besos...
mucho pensar poco siente mi pecho.
rebenté como mil mares chocando
y termino en tu llanto de cristales rotos
aunque te convencí con
mis besos llenos de amor, de verdadero amor
y corrimos las pelotas naranjas
conocimos gatitos callejeros carenciados
de mimos
dejamos entrar
el canto de los pájaros
que invadieron la noche
que me dijiste que
era yo la razón de tu presencia...y te amo
fueron las palabras
que se deslizaron por mi piel
y cayeron en mi cabeza
como una bomba de tiempo.

Llegó un viernes,
dueño del vientre del que vengo
y vos te fuiste otra vez...

y ahora con mis uñas
rojas-verdes
quiero rasguñar las paredes
de mi corazón
dejarlo sangrar
y que hierba a mil grados centígrados
en la cúspide de los milagros
que se deslize hasta llegar a ahogar cualquier
mal-pensamiento
de tu mente
y de la mia

confesarte mi amor y que no existan
las cuestiones
y viceversa.

que esa mirada lo siga diciendo todo...

que mis ojos siempre

sigan alucinados de esa

luz...
que voy descubriendo
y brilla cada vez mas.






sOl.

2 comentarios:

Herman_Zgz dijo...

Chiquilla
me alucina cómo escribes
eres como un torrente
de movimiento , imágenes
palabras y sensaciones...
Si toas las argentinas escriben como tú
vamos a tenernos que espabilar
por la madre patria
para estar a tu altura

G-E-N-I-A-L (aunque toavía puedes pulir algunas cositas)

Al Herrera dijo...

He leído varias entradas de tu blog, pero me gustó esta en particular. Tienes un estilo muy peculiar... me encanta.

De vez en cuando me verás por aquí. Saludos desde el ocaso...