abril 06, 2010

Cómo quedarse en ese lugar no habitado aún
del cual queremos marchar?

Me acompañas en cada lanza desangrandome
y eres la reina de la luz.
Te regala la existencia
para que acompañes
toda la suya.

De qué garganta ha salido
semejante rechazo a tanta penetración
plenamente bella? Qué importa.
Mi boca lo había dicho alguna vez
en ningún lugar.

¿Qué crees, que adivinas?
¿Qué adivinas, que crees?

Sobrios danzan en su fuego.
Ebrias las colinas del enriedo que divulgo
para colgar una cuerda mas alto
que cualquier saltito.

Me río tanto de mi. No me lastimes haciendote la ingenua.











sol...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

interesante tu texto el tuyo. me ha encantado.
un abrazo

Ebria de mí. dijo...

Descubro tu blog y me hundo en tu jardín con secretos, verdísimo y estrellado, queda sonando en el fondo de tu canción y poesía.

Te quiero solcito, mucho!
Y exprimís el fino hilo de inspiración y poesía que queda vagando silenciosamente en mí.

Te quiero, otra vez.