octubre 18, 2011

retorno al centro

Este desprenderse simultáneo del aliento de un monstruo
Este enmascararse entre las ruinas de una piel taciturna
sonámbula en su sueño
muerta de hambre y de pena
mustia de soledad
embadurnada de silencio y penumbras
enlatada en el mundo
piensa

Pienso
en la insoportable
libertad efímera
que se adueña de mi celda



Estoy molesta
la rabia me pica
el ansia extiende sus manos
me acaricia enfurecida
me ahoga en esas lineas
de destino trazado
Alergia de abandono
los perros rabiosos
buscan entre mis huesos
saciar su
hambre flaco
desinflado

Tinieblas

Sacudo mi cuerpo
deambulo por todas las que fui
el pasado vuelve como una lanza
y asesina este ratón de calabozo
nombrado por la semejanza
de esa no inocencia
que perturba los abismos
tanto en los hombres de barro
como los metálicos hombres

En la chirona gotea la dicha
errada
de lo que nunca soñé
Mi mente arrugada
de la indiferencia ajena
mi corazón estrujado
cual trapo inmundo
Soslayado desde el vientre
hasta los gusanos
pasando por cubos miserables
de las migajas
de esos cerdos

Pero no.
Abrió la bruma
un mago
y toneladas de palabras
me empujaron
para siempre
a la muerte
irrisoriamente retornante
Me siento libre
cuando aquellos viejos pliegues
de mi mente
se estiran hacia el ocaso
se desdoblan
se desenvuelven
se duplican
y viajan mis pies atados
y escuchan
mis sordos ojos
y ven
por fin
y miran
mis pensamientos
y escriben mis manos
cada sueño
y sueñan
mis poemas
cada
vida
cada muerte
y vuelven
esos rostros
que se adueñaban
de cada movimiento
y me preguntan
Quién sos
De dónde saliste
Qué querés
Vola de acá
Y mis párpados se abren
ante la sangre caliente
y la fortaleza del mar
hace crecer sus olas
que son mis dedos
y se cargan
de palabras
que se disparan
horizontales
y me asesino para siempre
y el hueco de mi pecho
se abre
y chorrea
y me cubre
de la sombra de los soles
que no brillan;
opacan,
que no iluminan;
crean desierto,
que no comparten;
reparten el crimen
disfrazado de suerte
se quedan con nuestra irreal existencia
en un papel
y nosotros sedados
de sed
firmamos el ahorcamiento
de esos números
que somos
que no somos
que nos nutre el alma
de hambre
y las uñas de polvo

Pero no!

me atrevo a escupir
en tu lengua peluda
en tu cojín de sangre seca
esta otra
llena de remiendos
que pronuncia
esta efímera libertad

insoportablemente

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