agosto 23, 2010

caminos cruzados

duerme entre narices rotas
su alma crispada
mientras navega en los sueños
de navios estrellados

en el fondo de sus aciertos
se refugia la mustia verdad
de su vida
del recuerdo de su vida

otra vez me abraza
con las hojas secas del otoño
del que no quiere despedirse
y le beso los ojos con una caricia de cielo

la duda no lo atormenta
cuando canta en mi pecho

desnuda la boca de palabras
y me siento en el ala de un pajaro
que vuela atravesando el oceano
hasta llegar a su color

y lo beso sin prisas
sin pausas
con un eterno amor,
se que el piensa en el fuego
pero yo ya me he quemado
y ahora estoy dejando en los cielos
cada huella de mi corazon,
advirtiendole al viento
que sople despacio desde mis entrañas,
hoy quiero ser la brisa de ensueño
que susurra en su pecho,
el alado mar que vuela hasta su boca
y se hunde en sus silencios
hasta convertirlo en una bella melodia
que bailan las mariposas nocturnas.

Durante esta luna no me importa
si su cubierta de metal
parece la de un vagabundo,
solo quiero regalarle mi amor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

esta muy bueno petisa =)desde el comienzo me encanto. lo del abrazo con las hojas secas del otoño es hermoso. por ahi, con todo lo que ya dijiste en el poema, la ultima frase no sea necesaria, pienso yo.