agosto 22, 2010

motores encendidos




juzga la mente esclava
Presa incolora
se marchita
en los adentros de alondras
Cae erguido ido
a lugares nefastos amarillentos
cae como olas
en olores metálicos

rosas destellos se alejan,
truenos violetas quieren cantar entre ángeles
su voz de arco
de errante flecha.

recuerdo tu boca mirarme.
esta noche un huracán de fuego desprendía de su cintura directo a mi cabeza,
y corría por mis venas el sol
hasta temblar cada mustio hueso.
recuerdo tus ojos besarme.
esta noche un iceberg de acero atravesaba el puente de cristal que había en su pecho y se instalaba para siempre en la morada de mi alma desnuda
frente a su muerte viva.

viajaba a una velocidad de universos por cada paso
el aire de su respiración
mientras el olvido
se postraba con la quietud de huellas heridas
en un paraíso artificial

brotan en la piel, aun
ideas escasas de palabras de sentidos
palabras que piden a gritos un murmullo de sueño
sentidos carentes de soledad repletos de palabras
sin idea
sin sentido
mas con dientes que el viento muerden
como aludes de terciopelo
congelando el absoluto
con mis ojos frente a sus manos
a punto de disparar toda su vida
en un acto de amor y odio.

En un breve instante que perpetuaría
el derretir del fuego
sobre los mares colmados de parpados
y una soga en una puerta
ausente
colgada del atardecer de su cuello.







sol...

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